IMPLICACIONES VETERINARIAS

Numerosas zoonosis son transmitidas desde los animales domésticos a los seres humanos por vías indirectas, como por ejemplo a través de insectos u otros animales -denominados reservorios-. La vigilancia epidemiológica de éstos últimos, así como la vigilancia entomológica de insectos vectores de patógenos, constituyen eslabones fundamentales en la prevención y el control de las zoonosis.

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Como se ha demostrado en gran parte del mundo, los errores tanto en la detección temprana como en la respuesta rápida ante las enfermedades animales, y la incapacidad de controlar las epidemias en su fuente de origen, han contribuido a la propagación a través de las fronteras de enfermedades de origen animal tales como la Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB), el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS) y la gripe aviar.

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En una iniciativa conjunta de la OIE (Organización Mundial de Sanidad Animal), la FAO (Organización para la Alimentación y la Agricultura de Naciones Unidas) y la OMS (Organización Mundial de la Salud), el 24 de julio de 2006, en Ginebra, Roma y París, fue lanzado un sistema mundial de alerta temprana para enfermedades animales: el Sistema Mundial de Alerta Temprana y Respuesta (GLEWS, por sus siglas en inglés). Este sistema es el primero de carácter conjunto diseñado con el objetivo de prevenir y responder a las enfermedades animales -incluyendo las zoonósis- a nivel mundial. Permite aprovechar las ventajas de combinar y coordinar los mecanismos de alerta, verificación y seguimiento con que cuentan la OIE, la FAO y la OMS.

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La OIE considera los Servicios Veterinarios como un Bien Público Mundial y su alineación con las normas internacionales (estructura, organización, recursos, capacidades, papel del sector privado y de los paraprofesionales) como una prioridad de inversión pública. El acuerdo oficial concertado por la OIE y el Banco Mundial apoya este punto de vista.

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La OIE y sus Países Miembros reconocen que se debe ampliar la visión tradicional de que los veterinarios se ocupan únicamente de las enfermedades animales y que es necesario ampliar su papel a la salud publica, el control de riesgos a lo largo de la cadena alimentaria y al bienestar de los animales.

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La elaboración de normas sanitarias para la sanidad animal, incluyendo las zoonósis, y el bienestar animal debe ser paralela a la mejora de los Servicios Veterinarios oficiales en términos de capacidad en detección temprana, diagnóstico y lucha contra las enfermedades animales. Para poder apoyar el acceso de los animales y de sus productos a los mercados nacional, regional e internacional, los Servicios Veterinarios, especialmente en los países en desarrollo, necesitan mejorar la colecta y difusión oportuna de información nacional sobre las enfermedades animales. Así, es fundamental la información básica sobre el agente causal, la epidemiología, el diagnóstico, los métodos de prevención y tratamientos, entre otros datos.

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En cualquier caso, y para terminar, es evidente que éste es un campo en expansión en el que el papel de los veterinarios ha de ser preeminente y que desde la profesión veterinaria debe reclamarse, y exigirse, como propia toda actuación de carácter médico y sanitario. Las perspectivas son excelentes, y vienen dadas por:

. 1.) El creciente número de programas y organizaciones destinadas a la conservación de especies amenazadas, en los que la actuación veterinaria en tareas de reproducción asistida y vigilancia sanitaria son indispensables;

. 2.) La proliferación de centros especializados en la rehabilitación y recuperación de estos animales;

. 3.) Las cada vez más numerosas zonas y espacios protegidos, en los que el asesoramiento veterinario sería siempre recomendable;

. 4.) Los numerosos grupos de trabajo y fondos públicos y privados dedicados a la investigación de los animales salvajes y sus enfermedades, así como la vigilancia epidemiológica, o recolección y análisis de datos, registrados sistemática, periódica y oportunamente, y convertidos en información, integrada estrechamente con su divulgación a quienes tienen la responsabilidad de intervención y a la opinión pública.

. 5.) La prevención y vacunaciones son claves para el éxito de los programas de control de la zoonosis.

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Añádase, por último, que las enfermedades transmisibles, desgraciadamente, no conocen fronteras y que de igual forma que unas se controlan o temporalmente desaparecen, surgen o se introducen otras nuevas, lo que exigirá un esfuerzo continuado en el que la contribución de nuestra profesión será siempre indispensable.